sábado, 7 de enero de 2012

Ni todos los mordiscos duelen, ni los mejores besos se dan en la boca.

Noche, noche fría, estrellada, alegre, noche de invierno, de ilusiones, fantasías, amor.
Fue tan perfecto, tan mágico, tan nuestro, besos, muchos besos, amor, lujuria, deseos, ternura, mordiscos, amor.
No hay nada mejor como estas noches de Enero, a las tantas de la mañana, mirando las estrellas, silencio, miradas, más silencio, una suave y lenta música empieza a sonar de la rádio de aquel coche, más miradas, deseo, cincuenta centímetros, cuarenta, treinta, vente, diez, tu boca, mi boca, dulce y largo beso, con bocado incluido, sonrisas complices entre beso y beso.
Manos unidas, frias, suaves, complices, noche mágica, sí, exacto, fue una de esas noches, en las que pararias el tiempo, y te quedarias así, sin más, dos cuerpo de alfiler, finos, frios, rotos.
Y como bien dice esa cancion tan grande de Pereza, que define perfectamente nuestra noche, solo nuestra, "Dandonos más besos que estrellas, saldran hoy..."

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